No os voy a engañar: prácticamente desde que inicié la carrera tuve en mente el doctorado. La investigación me fascinó desde el comienzo, así que, tras finalizar el grado me matriculé en el Máster Métodos y técnicas avanzadas de investigación histórica, artística y geográfica de la UNED. Por cuestiones laborales no tuve más remedio que completarlo en dos años. Esta circunstancia que en principio me pareció un inconveniente acabó por permitirme dedicar más tiempo a todas las asignaturas y especialmente, al TFM, que tras algunas idas y venidas con el tema sobre el que versaría acabó tratando la introducción del culto de El Gabal en Roma de mano del emperador conocido como Heliogábalo. El trabajo acabaría convirtiéndose un libro que ha sido publicado por una editorial de la talla y el recorrido de Signifer Libros.
Tuve la gran suerte de que fuera el profesor González Salinero quien dirigiera este estudio final y me ayudase con la edición del mismo. Fue él también quien me animó a doctorarme. Si todo marcha como debe será quien dirija mi tesis. Convenimos un marco temático lo suficientemente amplio con la idea de no restringir la investigación de inicio. Al haberme asomado ya a ese complejo siglo III de nuestra era, y siendo los últimos emperadores Severos personajes de gran interés y no particularmente estudiados, hablamos de tratar el fin de la dinastía a través del estudio de sus últimos emperadores: el ya citado Heliogábalo y Alejandro Severo.
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